martes, 20 de agosto de 2013

IMITAR vs EMULAR

Una clave más para superarse. IMITAR vs EMULAR

En algunas ocasiones, el ser humano, desgraciadamente es un autómata dormido inconsciente, que sólo sabe IMITAR. Imitamos la ropa ajena y de esa imitación salen las distintas corrientes de la moda. Imitamos las costumbres ajenas aún cuando estás estén muy equivocadas. Imitamos los vicios, imitamos todo lo que es absurdo, lo que siempre se vive repitiendo en el tiempo, etc.

Y realmente, la imitación forma parte de la condición humana; por imitación aprendemos los comportamientos sociales.

Ahora bien, cuando hablamos de los procesos creativos, la imitación debe servir de impulso; después, lo importante no es IMITAR, copiar en negro o en blanco; lo importante es sentir la honda significación de lo imitado y saberlo adaptar, personalizar y transmitirlo. Y es que después de la imitación, en el proceso creativo se juntan otros muchos ítems decisivos: TALENTO, ESFUERZO, PROFESIONALIDAD, EXPERIENCIA, IMPLICACION, EMPATÍA, FORMACIÓN… que convierten la imitación en EMULACIÓN. La emulación es el proceso de aprendizaje a través de la observación en el que se centra la atención en los resultados de las acciones. Por ejemplo, muchos aprendemos a usar un martillo observando el efecto del mismo sobre un clavo. Al emular, buscamos reproducir el proceso usando acciones propias con un mismo fin, es decir, similares pero no idénticas a las observadas, e incluso muchas veces la evolucionan y mejoran.

Es por carecer de todo esto por lo que muchas empresas fracasan estrepitosamente. Las ideas se copian; el talento… JAMÁS.

Se alguien original a quien todos quieran imitar, no alguien más del montón que imita a los demás. Al fin y al cabo, la imitación es la forma más sincera de adulación (te observan, te critican, te envidian y al final… te imitan). Normalmente se imitan a los individuos que desarrollan el comportamiento que mejor rinde en entornos concretos. Nuestro éxito provoca imitaciones, tanto para lo bueno (cuando imitación se convierte en emulación, innovación, superación…), como para lo malo (cuando se queda en solo eso, una simple y mala imitación –cosa que los demás saben-).

En este punto de mi vida, no me molesta que me imiten, sino todo lo contrario, me halaga y me refuerza en mi éxito. Así que gracias a todos los que lo han hecho, lo hacen y lo harán; pero sobre todo gracias a todos los que me aportan, me hacen crecer y me permiten ser emulados.

La imitación debe convertirse en emulación, en inspiración. Personalmente, y puesto que soy un ser humano, también imito. Pero si te emociona lo que haces, estas creando. Si no, estás obedeciendo. Pero si imitas…, al menos, hazlo bien.
 
 

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